La Met Gala “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” no se trataba de la princesa Aurora de nuestros cuentos de hadas. Más bien, es para destacar y presentar prendas frágiles de la colección del museo que fueron “despertadas” para mostrarlas al mundo. A pesar de esto el ambiente era de cuento de hadas.
Por Jocelyn Noveck
Nueva York, 7 de abril (AP).- Mientras caminaba por los pasillos del Museo Metropolitano de Arte de camino a un coctel, James Corden extendió los brazos cómicamente, como si fuera el dueño del lugar. “Avísame si quieres que te cuente de algo de esto”, dijo, señalando el precioso arte en las paredes, bromeando con Jeff Bezos y su pareja Lauren Sánchez, quien caminaba detrás de él.
Todo fue por diversión, pero Corden, como muchas celebridades, es un habitual de la Met Gala.
Luego están los primerizos. Estos invitados, sin importar cuán famosos sean en su campo, a menudo profesan un poco de asombro por la concentración de celebridades a su alrededor, e incluso algunos nervios, como un niño que llega a una nueva escuela.
Por ejemplo: Stray Kids. La banda de K-pop llegó a su primera gala, los ocho iban vestidos por el diseñador Tommy Hilfiger con modelos en rojo, azul marino y blanco. Al entrar en el museo, subieron por la gran escalera interior, llegaron a la fila de recepción y luego se dirigieron a los cócteles, donde, dijeron, comenzaron a relajarse lentamente.
“Estábamos nerviosos al principio”, dijo Bang Chan. “No sabíamos qué esperar, con quién nos encontraríamos”, agregó su compañero de banda Felix. Pero se estaban adaptando muy bien y ya habían hablado con Chris Hemsworth, Steven Yeun y el jugador de los Nets de Brooklyn Ben Simmons.
Luego estaba Ayo Edebiri, estrella de la serie The Bear, quien tras recibir múltiples premios este año, asistía a su primera gala. Parecía haberse quedado sin aliento después de saludar a los copresidentes de la gala de este año: Jennifer Lopez, Bad Bunny, Hemsworth y Anna Wintour en la parte superior de la escalera.
“Estoy muy, muy, muy emocionada de estar aquí”, dijo. “Esta es otra cosa realmente hermosa que trataré definitivamente de recordar”.
Algunos otros momentos y escenas memorables del interior de la gala:
UN BOSQUE MÁGICO
Aunque el nombre de la exposición que acompañaba a la gala era “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” (Bellezas Durmientes: El despertar de la moda), en realidad no se trataba de la princesa Aurora de nuestros cuentos de hadas. Más bien, es para destacar y presentar prendas frágiles de la colección del museo que fueron “despertadas” para mostrarlas al mundo. A pesar de esto el ambiente era de cuento de hadas.
Al entrar en el Gran Salón, los invitados pasaban por un enorme centro de mesa, de 32 pies de altura, que representaba un ”árbol caprichoso”. Enormes flores verdes hechas de tela brotaban sobre una maleza parecida a un bosque con ramas retorcidas similar al follaje que el príncipe de la Bella Durmiente tuvo que atravesar para darle un beso de amor verdadero. Luego, los invitados pasaban cerca de una orquesta de cuerdas en vivo y un cuadro de artistas vestidos como criaturas del bosque, con túnicas y mallas, retozando en la naturaleza.
LA MODA COMO ARTE
Los invitados tienen la opción de ver la exposición o ir directamente a los cócteles, la mayoría eligió lo segundo. Pero algunos sí acudieron a las salas de la muestra, una experiencia de moda multisensorial que involucra no sólo la vista, sino también el oído, el olfato y el tacto. Lena Waithe pasó tiempo sola inspeccionando las prendas y dijo que estaba “impresionada por el trabajo”.
La actriz y productora agregó que ella, como muchos, a menudo piensa en la moda como divertida y ligera. “Pero luego vengo aquí y recuerdo que es una forma de arte”, dijo. Y recordó un diálogo de Meryl Streep, interpretando a un personaje parecido a Wintour, que le dice a Anne Hathaway en The Devil Wears Prada (El diablo viste a la moda), sobre la ropa que usamos que en realidad ha sido elegida por otros. “Creo que necesitamos que se nos recuerde eso, que nuestro estilo está influenciado por personas que se fueron hace mucho tiempo”, dijo Waithe.
SETH MEYERS SE QUEDA EN SU CARRIL
Seth Meyers, quien asistió a la gala con su esposa, dijo que fue un buen descanso para pasar una noche lejos del cuidado de sus hijos. Pero también preguntó en broma por qué sus pequeños, de 8, 6 y 2 años, no fueron invitados. “Creo que es muy grosero que Vogue no los haya invitado”, bromeó Meyers. “Es un ambiente muy amigable para los niños aquí. Y ellos son muy buenos para mantener sus guantes alejados de las cosas”.
Meyers dijo que lo que más disfrutó de la gala fue ver a “mucha gente de la que soy fan o que he entrevistado en el programa”. Pero en cuanto a la moda, le gusta jugar con claridad, dijo: “Nadie quiere que un tipo como yo haga un gran swing. Me quedo en mi carril”.
ESTRELLAS DE BROADWAY
Siempre hay un fuerte contingente de Broadway en la Gala del Met, porque Wintour es una gran admiradora del teatro. En esta gala, Jonathan Groff, recién nominado al Tony por “Merrily We Roll Along”, se rio y bromeó con su buena amiga y compañera de Glee (y estrella de Funny Girl) Lea Michele, quien espera su segundo hijo y resplandecía en un vestido de Rodarte azul cielo. Groff recordó las galas anteriores del Met a las que asistió, incluida una en la que actuó en el programa Hair y otra en 2016 en la que la invitada Beyoncé acababa de lanzar “Lemonade” una semana antes. “Eso”, recordó, “fue épico”.
“MI PEQUEÑE YO ESTARÍA TAN FELIZ”
A una mesa de distancia estaba sentado otro astro de Broadway, J. Harrison Ghee. El año pasado, Ghee, quien en inglés se identifica con el pronombre “they”, equivalente a elle en castellano, asistió a su primera gala, un mes antes de ganar el Tony al mejor actor por “Some Like it Hot”. Ghee lució un dramático look de plumas del diseñador Howie B inspirado, dijo, en un gusano caddis, perfectamente sincronizado con el tema de la naturaleza de la noche. Era una prueba de que la moda es un arte vital y expresivo, dijo Ghee. Y agregó “Mi pequeñe yo estaría tan feliz. Me comunico con elle todo el tiempo, ¿estaría orgullose? Lo haría”.
UN VESTIDO MÁS GRANDE QUE LA SUMA DE SUS PARTES (ROTAS)
Mientras Sánchez y Bezos recorrían la exposición, su distintivo vestido hacía un ruido igualmente singular mientras raspaba el piso. “No te perderemos”, bromeó Bezos. Sánchez dijo que se había echado a llorar cuando se probó por primera vez el llamativo diseño de Fernando García y Laura Kim de Oscar de la Renta. La voluminosa falda tenía apliques de perlas y espejos y estaba destinada a evocar cristales de Tiffany. “Si necesitas un espejo, usa mi vestido”, bromeó Sánchez. Agregó que sentía que el vestido simbolizaba la vida, donde todo está un poco roto, y depende de lo que hagas con las piezas. Y se le nublaron los ojos cuando describió cómo se probó el vestido para Bezos: “Me dijo que nunca me había visto tan hermosa”, dijo.
Dato curioso: Sánchez contó que García le había dicho que necesitaba un artículo para arreglar el vestido y que lo había pedido por Amazon.
¡A CENAR!
¿Cómo consigues que cientos de celebridades parlanchinas caminen por el museo para cenar? Los organizadores lo han intentado de varias maneras. Un año, era un equipo de cornetas. Otro año más, Jon Batiste y su melódica lideraron una banda que serpenteaba entre la multitud. El año pasado, David Byrne hizo los honores. El lunes fue un gran coro el que emergió, cantando música original titulada “Future of Us”, acompañado por bailarines. Entonces sonó una campana y los artistas gritaron: ”¡A cenar!”. Y la multitud se dirigió, lentamente, al Templo de Dendur, donde el motivo de cuento de hadas continuó con mesas con “candelabros encantados entrelazados con arreglos florales”.
EL MENÚ
Llegar tarde sigue estando de moda. Algunos invitados arribaron a las 9 p.m. e incluso mucho más tarde. Pero aquellos que estuvieron a tiempo para la cena, encontraron el siguiente menú: un plato principal de filete de ternera, tortellini de guisantes, setas colmenillas y verduras de primavera, seguido de un postre de petits fours (pastelillos) inspirado en el cuento de hadas de los hermanos Grimm de, sí, “La Bella Durmiente”, junto con dulces “en forma de sombreros a medida”.